Ética 4º ESO

Sunday, February 03, 2008

SI YO TUVIESE QUE DAR CLASES...

En esta ocasión, el artículo para la clase de filosofía debe tratar sobre cuál sería la mejor manera de dar clase. Para responder a esta cuestión, me voy a basar en las cuatro etapas de la inteligencia según Piaget.
Para empezar, lo primero que debemos saber es qué es la inteligencia. La inteligencia es “la capacidad para solucionar nuevos problemas alcanzando un objetivo que no es accesible de manera inmediata”. También es conveniente saber que la inteligencia se desarrolla con la edad.
Bien, pues sabiendo esto, vamos a empezar:
La primera etapa es la de la “Inteligencia práctica”, que dura desde los cero hasta los tres años. Esta etapa es práctica, sensorial y sin símbolos. Esto quiere decir que la mejor manera de enseñar en estos años sería con objetos que llamen la atención del niño (que tengan colores llamativos, que produzcan sonidos, …), es decir, que hagan que el niño tenga que usar mucho todos los sentidos para que así los vaya desarrollando; que tenga que utilizar las manos y los pies para que desarrolle su sicomotricidad; y que no necesite necesariamente unir unas ideas con otras.
La segunda etapa es la de la “Inteligencia intuitiva”, que abarca desde los tres hasta los siete años. Esta etapa se caracteriza por el desarrollo del lenguaje (con el que aparece la capacidad simbólica), por el descubrimiento del otro y por la búsqueda del orden dando respuestas animistas, egocéntricas y artificialistas. Según esto, la mejor manera de enseñar en este período sería enseñando al niño a leer desde bien pequeño para que desarrolle su capacidad de hablar, de expresarse, aumente su vocabulario y aumente así la capacidad simbólica. También sería bueno en esta etapa enseñar al niño que hay más personas a parte de él haciendo que se relacione con otros niños en el colegio, en el parque, etc., mediante juegos en los que todos tengan que participar, por ejemplo; y también hay que hacer que se relacione con personas adultas, comos con los profesores. Por otro lado se puede usar la búsqueda del orden por parte del niño contándole cuentos y viendo películas (por ejemplo) en los cuales se enseñe lo que está bien y lo que está mal, lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer, es decir usar ese orden para inculcarle buenos valores morales desde una edad temprana.
La tercera etapa es la de la “Inteligencia lógico-concreta”, que va desde los siete hasta los doce años. Esta etapa se caracteriza porque se realizan operaciones mentales concretas y porque aparecen la reversibilidad, la seriación y la transitividad. En base a esto, lo mejor para enseñar a los niños en estas edades sería utilizar los ejemplos para enseñar, y a ser posible, que esos ejemplos fuesen de la vida cotidiana para que el niño los pudiese entender mejor.
La cuarta y última etapa es la de la “Inteligencia lógico-formal”, que se da a partir de los doce años y no tiene límite (salvo que se padezca algún tipo de enfermedad). Esta última etapa se caracteriza porque aparecen los símbolos sin conexión real y se establecen teorías hipotético-deductivas. También surgen las fantasías y los delirios de grandeza; y se consolida la personalidad entre la generosidad y el egocentrismo. En esta etapa habría que pasar de usar ejemplos concretos y de la vida cotidiana a usar ejemplos abstractos (para desarrollar la capacidad de abstracción), aunque no habría que dejar de emplear los ejemplos concretos puesto que son más fáciles de entender. Otra cosa que habría que hacer sería no coartar los fantasías y los delirios de grandeza de las personas en esta etapa; y ayudar a consolidar una personalidad que no sea ni muy egocéntrica ni muy generosa (para que no te tomen por tonto) dando ejemplo de este tipo de personalidad.
Una vez analizada cual sería la mejor forma de dar clase en base a las etapas de Piaget, también se puede hablar acerca de otros puntos que ayudarían a dar mejor las clases, por ejemplo: motivar al alumno para que estudie dándole de vez en cuando alguna recompensa si obtiene buenas notas para que las siga obteniendo; darle algún premio cuando obtenga buenas notas si es que está acostumbrado a sacar malas notas; averiguar cuál es su nivel de conocimientos acerca del tema a tratar para utilizarlos como inclusores a nuevos conocimientos (evitando empezar desde cosas que no sabe para que pueda seguir las clases con facilidad y no “desconecte” de ellas desde un primer momento); enseñar a los alumnos desde pequeños a estudiar todos los días para que tengan lo mejor organizada posible su Memoria a Largo Plazo, y por último, permitirle usar siempre que sean razonables (sin que llegue a abusar de ellos para explicar o mejor dicho, para exculparse de sus suspensos), sus mecanismos de defensa para paliar sus frustraciones (que las tendrá).



Rebeca Gil García
1º A Bto.