Ética 4º ESO

Friday, June 15, 2007

¿PARA QUÉ ESTAMOS VIVOS?

De todas las preguntas que uno se puede hacer, quizás esta sea una de las más importantes: ¿para qué estamos vivos? La respuesta no es fácil.

En mi opinión, y teniendo en cuenta en la sociedad en la que vivimos, nosotros estamos vivos para trabajar y disfrutar del tiempo de ocio, porque desde pequeños nos llevan a la escuela para que aprendamos y lleguemos a tener una base cultural para poder desempeñar un trabajo en la sociedad. Nadie que no trabaje pude salir adelante en esta sociedad capitalista que hemos creado a lo largo de la historia, donde lo más importante es el dinero y tu clase social viene determinada por el dinero que tengas y el que ganes.

También desde pequeños nos enseña a disfrutar del tiempo de ocio, pero la mayoría de las veces es mediante el consumismo: con viajes, yendo al cine, a las discotecas, … (lo que refuerza la idea de que estamos aquí para trabajar, porque sin trabajo no conseguimos el dinero necesario para cubrir las necesidades vitales de cada persona ni podemos disfrutar del tiempo de ocio al que nos han enseñado a la mayoría de personas de nuestra sociedad).

Con las personas del Tercer Mundo pasa algo parecido: ellas también se ven obligadas a trabajar para intentar sobrevivir, pero ese intento se ve muchas veces malogrado por enfermedades y falta de los recursos primarios para la vida.

Desde otro punto de vista se puede pensar que las personas estamos vivas para sufrir o para disfrutar de la vida. Respecto a este asunto, yo creo que eso lo escoge cada uno al labrarse su propia vida, porque cada uno de nosotros elige cómo vivirla, y ahí, tú puedes disfrutar de la vida aunque tengas que trabajar o sufrir aunque no trabajes, y viceversa, puedes sufrir trabajando y disfrutar en tu tiempo de ocio, eso depende de los gustos de cada uno, de su forma de ser y de sus elecciones a lo largo de su vida.

En definitiva, creo que los seres humanos estamos vivos para trabajar, porque ya sea en los países desarrollados o en los países subdesarrollados, tenemos que trabajar para sobrevivir, y cuando ya podemos dejar de hacerlo (cuando nos jubilamos en el caso de los países desarrollados y en los países subdesarrollados, pocas veces se da este caso), ya es un poquito tarde para hacer algunas que nos hubiera gustado hacer (actividades de ocio), pero que por trabajar no hemos podido hacer y ahora no somos capaces de hacer por problemas de salud o de otro tipo (aunque hay personas que no sufren este problema y pueden hacer durante su jubilación las cosas que no habían podido hacer antes por falta de dinero, por trabajar o por otras causas).



Rebeca Gil García
4ºA ESO

¿QUIÉN DICE QUE HAY QUE SER BUENO?

Para empezar, se supone que ser bueno consiste en hacer el bien con tus acciones sin perjudicar a nadie.

Eso es muy bonito, porque si todos hiciésemos el bien, o sea, que fuésemos buenos, el mundo sería mucho mejor: no habría terrorismo, ni violencia de género, ni peleas callejeras, …, sino que todo sería: ayuda, preocupación por los demás, buenas palabras para todos, …

De lo que se deduce que hay personas que no hacen el bien, porque hay terrorismo, violencia, peleas, falta de ayuda para los demás, despreocupación por los problemas ajenos, egocentrismo, insultos, …

Entonces se da la gran pregunta: ¿Por qué hay que ser buenos? Aquí se pueden tomar dos caminos:

El primero es pensar: si hay otras personas que no hacen el bien (son pasotas, maleducadas, violentas, egocéntricas, …), y además nos perjudican al resto, ¿por qué he de hacerlo yo? Entonces, se puede hacer el mal (y pasar a ser malo, obviamente).

El segundo es pensar: si hay otras personas que hacen el mal, no debo parecerme a ellas, debo intentar hacer el bien, (que la convivencia entre todas las personas del mundo sea lo más fácil, pacífica y respetuosa posible), y quizás así esas personas que hacen el mal se den cuenta del perjuicio que están provocando y empiecen a hacer el bien.

Cada persona es libre de elegir una de estas dos opciones; nadie puede obligar a nadie a ser bueno o ser malo, pero cada uno de nosotros debe escoger en qué clase de mundo quiere vivir o al menos intentar vivir: en uno lleno de violencia, agresiones, faltas de respeto, egocentrismo, …, o en uno en el que las relaciones con el resto de personas sean más o menos cordiales y respetuosas.



Rebeca Gil García
4ºA ESO